jueves, mayo 17, 2007

Pequeña reflexión del día (17/5/7)

Las decisiones y las hormigas

Vemos una hormiguita caminando de sur a norte cuando de pronto para en seco. Otea febrilmente con sus antenas y toma rumbo noroeste. Entonces algo nos dice (digan sí no) que de alguna forma esa acción esta relacionada con la acción humana de decidirse por los raviolis con carne en el restaurante, pero no sabemos bien en qué forma se relacionan. La palabra clave por supuesto es libertad, término sobre el que se ha discutido, filosofado, bestializado, poetizado...

Propongo ver la libertad como un sistema, un sistema compuesto por dos partes: unas opciones y una decisión sobre las opciones. Así, la libertad se define de forma necesaria y suficiente a partir de estos dos elementos. El problema de definir la libertad (o de el libre albedrío) se subdivide ahora en dos problemas menores. No tengo respuesta sobre el qué y el cómo de la opción y la decisión, pero puedo inferir unas características preliminares: las opciones deben ser reales y no ilusiones de opción, si descubrimos que estabamos predestinados a los raviolis el problema de la libertad se elimina, pero nuestra intuición es que de hecho si existen opciones, aunque sea en nuestra mente y que estas son realizables en el mundo real. En cuanto a la decisión, por supuesto buscaremos una causalidad, pero entendiendo las causas de una forma actual: como complejas, circulares e inclusive simultaneas con los efectos.

Además la decisión no puede definirse como una decisión "libre": Es necesario que en la definición no entren términos como libre, libertad, autónoma, porque caeríamos en la circularidad y volveríamos al problema clásico de la libertad. Las decisiones, y esto lo sabemos muy bien, van a estar influenciadas en mayor o menor grado, por cualquier cosa, entonces el problema de la autonomía paradojicamente no es tan importante. Lo importante es definir como es posible que tengamos opciones de acción, a partir de ahí el problema de como se escoge una de estas opciones es un problema menor.


miércoles, mayo 16, 2007

Versiones y diversiones II

Recordar también que la traducción es un ejercicio de canonización: sin importar la forma definitiva que tome la traducción, hay por lo menos una declaración inacallable, la de que lo traducido es importante, que vale la pena. Hace poco salió una colección de Editorial Norma, llamada Shakespeare por escritores, una retraducción de toda la obra (por lo menos toda la obra dramática) de Shakespeare por escritores y traductores actuales. ¿Más traducciones de Shakespeare? Por supuesto que la colección no era un simple ejercicio de actualización, era ante todo un ejercicio de memoria.

Presento ahora un famoso soneto de Keats, "On first looking on Chapman's Homer" donde se sacrificó mucho de la literaridad por mantener la rima del soneto, pero sin llegar a la irresponsabilidad, a la versión libre. La literaridad es un problema en si mismo en el campo de la traducción, tal vez el problema central. Discutiré más adelante la literaridad pero por lo menos puedo decir ahora esto: la literaridad es un ideal inexistente.

Al examinar por primera vez el Homero de Chapman

Mucho he viajado en las esferas del dorado,

Y visto cada nación e imperio imponente;

He circulado por muchas islas del poniente

Cuyos bardos a Apolo, fe han jurado.

A menudo escuché de una extensión asaz

Que Homero adusto, rigió como su propiedad:

Más nunca respiré su pura serenidad

Hasta oír a Chapman hablar fuerte y audaz:

Al punto me sentí como un guardián del cielo

Cuando en su horizonte, un nuevo astro entra rehén;

O como el tenaz Cortez, que como águila en vuelo

Divisó el Pacifico – sus hombres también,

Se miraron entre ellos con un loco recelo –

En silencio, sobre un pico en El Darién

martes, mayo 15, 2007

Minificción del día (15/5/7)

Bola 8

Todas las clases desde hace más de un año, llego como un niño asustado a pesar de todos mis años en docencia. Y el chico debe percibir el nerviosismo. De qué dice mi mujer, si sabes más matemáticas que las que sabrá ese mocoso en toda su vida. Pero lo que ninguno de los dos entiende es que cada clase pienso en mi madre y como esto no era lo que quería para mí. Clases particulares. Todas las clases desde hace más de un año, esa maldita bola ocho sobre su escritorio como un presagio, como un punto aparte tridimensional. Desde el día que me vio ojeándola con curiosidad, el chico me invita reiteradamente a usarla (No es una bola ocho de verdad es un modelo desproporcionado que da respuestas) ¡Y yo bregando porque se concentre y aprenda a factorizar! Es que, ¿Cómo explicarle que detrás de mis constantes negativas está el escepticismo de mi madre, esta la forma en que fui criado, esta ¡ah! un asco por la suerte? Por Dios no tiene quince años y me voy a poner a filosofar con él, a discutir la belleza del indeterminismo, a explicarle la dignidad de forjarse su propio camino sin barajas ni veladoras; para qué, para que me lance una de sus semisonrisas heróicas (que no tienen mala intención, lo sé) sólo porque su padre se empaca millones con levantar un dedo. Esta tarde estoy al colmo de mi nerviosismo y la bola parece saberlo, sentada ahí sobre la mesa como una funesta araña desmembrada, para cuya red me creía inmune. Pero sin el trabajo en el instituto, viviendo de dos clases privadas, con las nuevas deudas y la enfermedad, ya no estoy tan seguro. El chico está terminando sus medias nueves (ya tiene toda la vida arreglada) lo que me da tiempo de tomar la bola - Con una inesperada torpeza como un ebrio que apenas toma conciencia de su estado - de zarandearla cansadamente, de preguntar: ¿Saldré de esta? No volteo la bola todavía y me sorprende sentir el despertar de una esperanza portátil en mí, hasta apuesto que me brillan los ojos. Sin importar la respuesta ya perdí algo. Nada volverá a ser como antes.

lunes, mayo 14, 2007

La Belle Dame Sans Merci


Versiones y diversiones

¿Qué es una traducción? ¿Qué importancia tienen las traducciones de poesía en nuestro tiempos? ¿Por qué hago tantas preguntas? la traducción es un enigma, es un juego delicioso, es un acto de profunda humildad y rampante arrogancia. Dos consideraciones sobre este arte invisible, antes de presentar mi traducción de La Belle Dame Sans Merci de Keats: Uno, la traducción debe ser juzgada por si misma, especialmente en poesía, debe augurarnos tantas sopresas poéticas como cualquier otro poema sea o no traducción; dos, la traducción es una versión y una diversión, es sólo uno de mil caminos que plantea una obra bruñida en el tiempo. Pero como diversión tambien es un juego ya fallido antes de empezar; en esto la traducción es como la vida: es un compromiso permanente, es siempre perder algo en precencia de belleza inacabable.

Mi traducción por ejemplo conserva la rima para mantener el caracter de balada, aunque a veces las rimas no sean tan afortunadas como las de Keats, pero lo importante era conservar el caracter triste del caballero y el desconcierto que lo rodea.

La Belle Dame Sans Merci


‘¿Qué te aflige, caballero armado,

Que andas solo y que tu lividez espanta?

La juncia del lago se marchitó,

Y ningún pájaro canta


‘¡Qué te aflige, caballero armado!

¿De faz fatigada y maltrecha?

El silo de la ardilla ya está lleno,

Y terminó la cosecha


‘Yo veo un lirio en vuestra frente

Regado con fiebre y con angustia;

Y en vuestra mejilla una rosa ajada

Que muy pronto se hizo mustia.’


‘Conocí una dama en la pradera,

Toda belleza - la hija de un hada

Su cabello largo, su pie ligero

Y salvaje su mirada.


‘Para su cabeza hice una guirnalda,

Y pulseras y un halo fragante;

Ella me miró como al amor,

Y gimió cautivante.


La monté a mi corcel al trote

Y todo el día no vi más nada,

Ella inclinada me cantaba

Una canción de hada.


‘Me consiguió raíces dulces,

Y miel salvaje y maná del rocío

Y cierto dijo en lengua extraña:

“verdadero amor mío”


‘Me llevó a su caverna de duende

Y allí lloró dolor y otros excesos;

Y allí cerré sus fieros, fieros ojos

Con cuatro besos.


‘Y allí me arrulló hasta que dormí

Y allí soné – ¡Ah, ocasión sombría!

El último sueño que jamás soñé

En la ladera fría.


‘Vi reyes pálidos, príncipes también,

Pálidos guerreros, de color cenizo

Gemían –“La belle Dame sans merci

Te tiene sumiso”


‘Vi sus hambrientos labios a media luz

Boquiabiertos con advertencia fiera

Y me desperté, encontrándome aquí

En la fría ladera.


‘Y es por esto que resido aquí,

Que vago solo y mi lividez espanta,

Aunque la juncia del lago se marchitó,

Y ningún pájaro canta.’