miércoles, marzo 14, 2007

Jodorowsky y la función del arte

Alejandro Jodorowsky en su libro Psicomagia nos dice que "en los años cincuenta, en Chile se vivía poéticamente como en ningún otro país del mundo". Vivir poéticamente, ¿Puede ser una justificación del arte? Vamos por partes.

A menudo cuando los estetas se sienten culpables (cada vez menos en nuestra era de "todo vale") buscan una justificación social o la que sea para el arte, y la primera tentación en esta busqueda es caer en lo anecdótico. Recordar por ejemplo el caso del joven Werther y la ola de suicidos juveniles que supuestamente provocó. Estos casos nos parecen cuentos de la abuela y no vemos de forma tan clara la influencia que prodría tener el arte - especificamente la literatura- en nuestras vidas. Es como los casos de adolescentes influenciados por un mal programa de t.v o película que cometen todo tipo de desviaciones: los casos pasan a ser una especie de ruido de fondo cultural. Lo anecdótico molesta a la busqueda de conocimiento organizado. Pero ¿Cómo podemos superarlo? La anécdota es individual y precisamente la gracia principal del arte es su individualidad. Una obra nos interesa por ser diferente (aún cuando pertenezca a una serie) y no porque es similiar a otra.

¿Cómo vencer lo anecdótico en el estudio del arte o de los producto culturales? podríamos por lo menos encontrar anécdotas con un sentido más profundo, es decir, que nos digan más y podamos decir más de ellas.

Volvamos a Chile. Jodorowsky nos describe una situación en la que el pueblo todo está nadando en poesía: "¡No hablo solo de los estudiantes, sino de obreros e incluso borrachos que hablaban en verso!" Esta situación no viene accidental: "Eso era debido al temperamento propio de los chilenos y más particularmente a la influencia de cinco de nuestros poetas, que se transformaron para mí en arquetipos." Una primera lectura de este escenario, tan rápidamente bosquejado aquí, es la de la literatura como creador de identidad nacional. Aquí estaremos cerca de las literaturas canónicas europeas. Pero me parece que hay algo más importante en el fondo. Lo significativo es que Neruda y los otros poetas fundamentales de este Chile de los cincuenta, lograron implantar en sus compatriotas algo mucho más universal a través del despliegue de su pericia en el manejo de las letras y de los sentimientos: lograron que anhelaran ser mejores personas. ¿Recuerdan en la pelicula "As good as it gets" (Mejor Imposible) cuando Melvin le dice a la mesera: "You make me want to be a better man"?

¿Puede ser la poesía esa amante que nos hace querer ser una mejor persona?

(Citas sacadas del libro "Psicomagia" de Alejandro Jodorowsky, se consigue en Grijalbo y en deBolsillo edición cedida por Siruela. Muy recomendado para quien quiera despertar su creatividad)

domingo, marzo 11, 2007

La evolución personal y universal del arte

El arte es una exploración que se perfecciona a si misma. Entonces, la evolución en el arte es la evolución por la evolución: como un fin en si mismo. ¿Pero es la evolución de qué objeto? Una hipótesis diría que es la evolución de otros objetos preexistentes a los que ya llamamos arte. Esto es valido para cualquier forma artística. El arte preexiste al arte. Llegamos a una definición de arte recursiva: el arte es lo que se construye del arte anterior. No es una idea nueva, es tocada por toda clase de teorías de la intertextualidad y cosas como esa. Recordar por ejemplo (o si no se conoce, pretender que se está recordando) la teoría del agón en la literatura, de Harold Bloom.

Los más perspicaces dirán -¿Pero entonces, cuando comenzó esta búsqueda, a la que llamamos arte? No tiene sentido buscar un comienzo, el punto de inicio de esa evolución es subjetivo. Cada nuevo artista es un inicio. Aún más: el artista diría que cada nueva obra es un comienzo.

Por eso es la búsqueda de la búsqueda. En eso, y otras cosas, el arte se parece a la vida: hay orden, hay diversidad, hay constante circularidad, hay inteligencia, hay seriedad y sobre todo hay complejidad.

¿Y la belleza? En nuestra teoría diremos que la obra de arte es bella porque (o es bella cuando) hay una búsqueda sincera de la perfección, de la evolución. Si no es sincera o simplemente no hay una exploración, no hay arte. Pero se aclara que esta es una condición necesaria pero no suficiente de la belleza.

Por último, dicha evolución no puede ser egoísta. Si hay una búsqueda, y esa búsqueda es de perfección, y es sincera, necesariamente debe ser abierta, identificable, legible. Esta legibilidad se concreta en el producto artístico de forma plena y "experiencial". La identificación se da a un nivel, no digamos preconciente, pero si un nivel complejo cognitivamente: un nivel de simultaneidad, como pasa cuando no se puede decidir si es más importante la forma o el fondo de un poema. Porque esta distinción es racional. No quiere decir esto que la racionalidad no está implicada en la red de percepción estética, pero no la agota.