lunes, mayo 21, 2007

Pequeña reflexión del día (21/5/7)

El Quijote y la invención de lo humano


Afuera tu no existes, sólo adentro
Afuera, Caifanes



El juego caballeresco que se propone Don Quijote puede parecer estrafalario - Por algo es un signo popular y equivocado de la locura - pero no lo es en lo más minimo. Es humano, demasiado humano (y por humano entiendo "normal".) Es un juego que consta de dos operaciones: Primero, lanzarse al mundo exterior a buscar la identidad propia, y segundo al ser inevitable no encontrarla (pues por que si es nuestra identidad debe estar dentro de nosotros, obvio) se procede a proyectar nuestra propia subjetividad al espejo del mundo para que este, ahora distorsionado por nuestra conciencia, nos lo devuelva. Sobra decir que es una operación harto paradójica pero que no nos es extraña en nuestra cotidianeidad.

Así, una mujer sufrida (por poner un ejemplo) insegura en su matrimonio, busca desesperadamente encontrar evidencias reales de la infidelidad del marido. Por lo que, entre convertir unos cabellos rubios en la solapa en una noche de puro libertinaje adultero; y convertir un molino de viento en un gigante, sólo veo una diferencia de grado más no de intención. Porque la mujer necesita proyectar al mundo su papel de victima o lo que sea.

Eso es lo que representa el caballero de los espejos como antagonista final del Quijote: es el que lo obliga a volver a mirar adentro por doloroso que sea.